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Por Deborah Sengupta
¡Ahora Sí!
Nina Díaz, cantante del grupo Girl in a Coma, presentará en Austin lo que ha creado en los últimos dos años independientemente de la banda.
Ahora al tocar, lo hace con una expresión urgente y vulnerable.
Su presentación del 9 de junio de 2013 marcó un gran logro, cumplía dos meses de sobriedad después de 12 años de adicción al alcohol y las drogas.
“Cualquier persona que empieza a una edad temprana, que goza de poder pero está bajo presión, tiende a tropezar y cometer errores”, dijo Díaz quien acaba de cumplir 26 años de edad.
Empezó en la banda Girl in a Coma recién cumplidos los 14 con su hermana Phanie. Cuando tenía 18 la banda firmó con la disquera Blackheart Records de Joan Jett y un año más tarde empezó de gira con Morrisey, la cantante en quien basaron el nombre de la banda.
Posteriormente probó las drogas y el alcohol. “Luché con la adicción desde los 13 años, hasta hace 2 meses y medio”, dijo.
“9 de enero”, narra su lucha, como muchas de sus canciones nuevas. Esa fecha es importante, puesto que ese día falleció su abuela en 1998. El 9 de enero de 2013, Díaz se encontraba en casa de su madre, completamente drogada. Sintió estar envuelta en un torbellino sentimental y sintió la presencia de su abuela cuando se puso a componer la canción.
Estaba grabando parte de la canción en su celular cuando repentinamente sintió “una ola de energía”. Esa noche, al escuchar las grabaciones, detecto que se escuchaba un susurro. Concluyó que quizás era algo que la estaba alentando a tomar el próximo paso.
Unos meses más tarde, Díaz llegó al fondo. Empezó su proceso de desintoxicación en casa, con el apoyo de su familia y se reincorporó a un programa de recuperación.
La banda con la que lanzó su carrera artística “Girl in a Coma, no se va a separar”, dijo. “Estamos tomando un descanso para darnos tiempo de reencontrarnos como individuos y así crecer, es lo que el universo me está pidiendo en este momento”.
Los integrantes de su banda la apoyan. Va a estar en el Belmont tres semanas acompañada de otra banda con la que ha estado tocando en San Antonio. Por años ha creado composiciones para una banda con tres integrantes, así que tener una banda con más músicos la ayuda a sentirse liberada.
“Ahora puedo escuchar cada sonido que está en mi mente”, dijo.
“Puedo conectarme a mi Selena interior”, dice riendo. Y al no llevar la guitarra colgada al hombro, puede bailar.
Adaptado del Austin American-Statesman.
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